Chapter Text
1.- ·Hoseok·
Los Kim de Daegu eran la familia de su madre. Primos en realidad dado que era hija única, y no había mantenido un estrecho contacto con ellos después de adoptar el apellido Jung, pero estos no dudaron en recibirlo cuando Jiwoo escribió pidiendo su ayuda y de buena gana aceptaron hospedarlo durante la duración del verano.
Hoseok no sabía qué esperar. Su madre rara vez había hablado de esa rama de la familia a la que ni siquiera frecuentaban. Siempre habían estado más conectados a los Jung porque vivían en Gwangju, pero muerto su padre tres veranos atrás, sus propios abuelos y tíos les habían dado la espalda casi al instante, negando parentesco e incluso insinuando que ni Hoseok o su hermana eran realmente familia de sangre porque de por medio había derechos de cesión y cuantos menos fueran más grande sería la tajada para el resto.
El desprecio había afectado profundamente a su madre, que envejecida tras la muerte de su esposo, al principio había atribuido su falta de apetito al hecho de haber perdido a su alfa, y no había buscado consejo médico hasta que fue demasiado tarde.
El diagnóstico final había sido cáncer en el estómago. Tan fulminante que había invadido otros órganos en tiempo récord, y no pasó demasiado antes de que a su madre le resultara imposible continuar trabajando, levantarse siquiera de cama o pudiera valerse por sí misma sin ayuda.
Jiwoo asumió el mando como alfa de casa, y encomendó a Hoseok la penosa tarea de velar por su madre en sus días finales, de manera que éste apenas salió durante aquella prolongada agonía de 6 meses mientras la mujer que le había dado la vida se volvía cada vez más frágil y dependiente de él hasta ya no despertar más de su último sopor. Las últimas semanas a su lado fueron particularmente dolorosas para ambos. El cáncer le había provocada llagas por todo el cuerpo que Hoseok intentó por todos los medios aliviar, e incluso se procuró un remedio con un sanador local que le aseguró evitaría así los peores embates de la enfermedad, pero poco pudo hacer por ella cuando más lo necesitaba.
Su madre partió sin despertar más, al menos sumida en el letargo dulzón de la morfina, y sosteniendo su mano hasta el final.
Antes de caer en esa inconsciencia sin sueños, se las arregló sin embargo en manifestar su agradecimiento por haber tenido un hijo tan bueno como él, pero le instó a vivir su vida sin remordimientos después de que ella ya no estuviera más.
—Siempre, Hoseokie, siempre pensé que eras el bebé más dulce que podría haberme tocado... —Murmuró su madre con labios resecos por causa de la fiebre que la consumía—. Procura que quien asegure amarte te quiera por eso, pero no sólo eso...
—Eomma... —Sollozó Hoseok, sosteniendo su mano mientras ésta se esforzaba por impartir su última lección en la vida.
—Eres... dulce... Como una... una flor... —Balbuceó lo último, apenas perceptible al oído—. Busca las abejas, no la mano que te... arranque sin comprender cuál es tu sitio —finalizó sin conseguir expresar todo lo que quería, pero Hoseok asintió deseando darle un poco de paz en esos últimos momentos, y se prometió atesorar aquella sabiduría.
Al final, Jung Doona, antes conocida como Kim Doona, partió sobre los últimos días de aquel invierno interminable, y atrás dejó a dos hijos que nunca se olvidarían de ella.